Desfile del Alzamiento en Madrid - 18/07/1940
España celebra hoy su Fiesta Nacional con motivo del cuarto aniversario del Alzamiento contra los bolcheviques. En una jornada tan especial, preferimos dejar que sea un narrador español el que describa los acontecimientos:
El Generalísimo preside el desfile.
Nos sería fácil, ante la magna jornada de hoy, sin precedentes en la historia de España, engarzar en las cuartillas las notas llenas de color, vibrantes, encendidas y emocionadas del desfile del ejército de la guerra del ejército de la paz que hemos presenciado con el espíritu tenso, inundado de amor por la Patria. Mañana dorada de sol luminoso, de ambiente triunfal con clarines, banderas y vítores como clara afirmación de victoria definitiva. Pero nosotros queremos extraer del cuadro soberano que cruzó ante nuestros ojos un ejemplo y un símbolo.
La verdadera y auténtica España estuvo allí, en el desfile ante el Caudillo. Unión, hermandad, comunidad de esfuerzos, disciplina y trabajo. Vimos a los soldados de España que hicieron reja de sus bayonetas, tempero de su ilusión y riego de su sangre, para labrar y sembrar el árido barbecho; y vimos a los hombres civiles que, con su pala, su pico o su pluma logran y cuidan la cosecha que ha de dar a todos la gracia de Dios, hecha pan. Vimos miles y millares de hombres, en los que se ha encarnado por la palabra y la acción de un Capitán invencible, de un Caudillo providencial, una sola alma sedienta de fuentes que se le habían cegado y envenenado por el odio y la incomprensión.
Lo admirable es el espíritu de disciplina consustancial, ya, con los españoles. El milagro se ha producido, como quería José Antonio, porque el alma de España es milicia, servicio y sacrificio. La virtud castrense, que está hecha de incomodidades, abnegaciones y renunciaciones por la Patria, es nuestra virtud primera en esta coyuntura de España. Por eso hemos podido ver en el día de hoy cómo, encuadrados en sus Sindicatos respectivos —España entera está en el Sindicato—, hombres de humilde y de magnificó trabajo, técnicos, intelectuales, trabajadores manuales, cuantos forman la yida de la producción en la paz, aparecían unidos en santa hermandad, sin recelos ni odios. Había en todos ellos un solo: deseo y un solo voto: hacer una Patria unida y fuerte, que vale tanto como decir una Patria libre. Ni el ceño apretado, ni el ademán amenazador, ni el rostro hipócritamente disfrazado, pero exactamente sincero de otros desfiles de triste recuerdo.
Ayer no había sino frentes despejadas, nobles actitudes, claras sonrisas como lámparas de fe ante el forjador de la Gran Victoria. Y con la disciplina, la unidad, que es el otro postulado en el que se asienta hoy la España recobrada.
Acto simbólico el de hoy. Las lanzas y las espadas que ganaron la guerra se entrelazan con los útiles artesanos y civiles que ya han ganado la paz. Magnífica lección con la que España muestra ante el mundo, noble y justamente orgullosa, su nueva y ya eterna partida de bautismo.
El Generalísimo Franco, condecorado por el Führer.
El Führer no se ha olvidado de enviar un telegrama al General Francisco Franco en un día tan señalado. El Führer le ha concedido a Franco la Gran Cruz de la Orden del Águila Alemana en oro. Hasta hoy, sólo Ciano había sido merecedor de esta distinción..
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