miércoles, 7 de diciembre de 2011

hace 2000 años...

                                       Hace casi 2000 años, 19 soldados romanos se precipitaron por un túnel subterráneo dispuestos a defender la ciudad romana de Siria, en poder de Dura-Europos, de un ejército de persas que querían por su parte socavar los muros de adobe de la ciudad. Pero en vez de soldados persas, lo que les esperaba a los romanos era una pared de humo negro que resultaba nocivo al convertirse en los pulmones en una especie de ácido. Ante esto, las espadas no sirvieron y los soldados murieron a los pocos momentos.Estos veinte hombres que murieron en el año 256, pueden haber sido las primeras víctimas de la guerra química o al menos esos son los resultados de una nueva investigación realizada sobre los datos publicados en enero en el American Journal Archaeology. Seis años antes de la muerte de estos soldados, el Imperio Persa Sasánida había fijado el objetivo de conseguir que la ciudad siria de Dura dejara de pertenecer a Roma. La ciudad era en ese momento una base militar romana bien fortificada, con grandes muros de metros de grosor. 
Debido a esto, los persas idearon cavar túneles por debajo de los muros para conseguir hacerlos caer. Probablemente, comenzaron dichos túneles en la necrópolis subterránea de Dura, a 40 metros de distancia de la ciudad. Mientras tanto, los romanos idearon otro túnel para interceptar a los persas.
El arqueólogo francés Robert du Mesnil du Buisson fue el primero en excavar la zona en la década de 1920 y los años treinta y, por tanto, en pensar que estos hechos ocurrieron así. Du Mesnil también descubrió los cuerpos apilados de al menos 19 soldados romanos y un persa solo en los túneles de debajo de las murallas de la ciudad. Pensó que la lucha se había producido cuerpo a cuerpo bajo tierra pero que los persas, para hacer retroceder a los romanos,  prendieron fuego al túnel romano pues se encontraron cristales de azufre y betún (algo así como una forma petroquímica natural parecido al alquitrán) en el túnel. 
Sin embargo, algo de ese escenario no tenía sentido para Simon James, arqueólogo e historiador de la Universidad de Leicester en Inglaterra. Por un lado, habría sido díficil entablar un combate mano a mano en los túneles y, por otra parte, las posiciones en las que encontraron los cuerpos romanos no indican que estuvieran huyendo para no quemarse vivos sino que “la pila de cuerpos estaba colocada de forma deliberada”.
Pero ¿qué hay del humo? Según Adrienne Mayor, historiadora de la Universidad de Stanford y autora del libro “Greek Fire, Poison Arrows & Scorpion Bombs: Biological and Chemical Warfare in the Ancient World”, en la antiguedad “había muchas guerras químicas que la gente desconoce. 
Uno de los ejemplos más recientes, es una batalla en el año 189 a.C. cuando los griegos quemaron las plumas de un pollo y usaron un fuelle para soplar el humo hacia los túneles de los romanos. Además, los fuegos petroquímicos eran una herramienta común en Oriente Medio donde la nafta inflamable y el betún aceitoso eran fáciles de encontrar.
Otro ejemplo que podemos encontrar es lo que le esperaba al ejército de Alejandro Magno cuando atacó la ciudad fenicia de Tiro en el siglo IV a.C. pues los fenicios le tenían reservada una sorpresa. Habían calentado los granos de arena fina con la calefacción de los escudos, que catapultaron sobre dicho ejército de tal forma que la arena les quemaba.
Debido a estos inventos fenicios, la idea del humo es posible y se ha reinterpretado el choque en los túneles de Dura. Se cree que los romanos oyeron a los persas en su túnel y salieron al encuentro pero lo que se encontraron fueron unas llamas de azufre y alquitrán que se convirtió en gas ácido sulfúrico en sus pulmones.
Sin embargo, será difícil demostrar esto pues después de que du Mesnil acabara las excavaciones, cubrieron los túneles. Pero la prueba que origina esta teoría sigue estando ahí: encontraron azufre y betún sobre el terreno.

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