jueves, 13 de septiembre de 2012

La leyenda de El Dorado

Muchas son las leyendas y los mitos sobre El Dorado, en muchas es una ciudad de oro escondida donde sus habitantes viven eternamente, en otras es un rico príncipe indígena que tiene el cuerpo recubierto de oro…  Estas leyendas generaron muchas expediciones de búsqueda por parte de los conquistadores españoles y por parte de muchos cazatesoros. La mayoría acabó en rotundos fracasos y en masacres a manos de los indígenas. ¿Existió de verdad El Dorado? ¿Qué hay de verdad en la leyenda? Veamos cual fue la historia detrás de la leyenda. 
El Dorado tiene su origen en una tradición de los indios Chibchas, los cuales lanzaban oro en polvo y piedras preciosas al interior de una laguna como ofrenda, para apaciguar a un supuesto dragón maligno que habitaba el fondo .La laguna se llama Guatavita, fue formada según los indios por un meteorito que cayó del cielo (teoría que es muy probable debido a su forma de cráter y profundidad), y está situada cerca de Bogotá en la actual Colombia. La forma de lanzar las ofrendas consistía en que el príncipe de la tribu se impregnaba de una sustancia pegajosa (probablemente resina) y se cubría de polvo de oro, quedando completamente recubierto y obteniendo su piel el color dorado característico. Después acompañado de 4 caciques, montaba en una balsa llena de oro y esmeraldas y se dirigía al centro de la laguna. Una vez en el centro se lanzaba al agua liberando su cuerpo del oro, demostrando que el era el soberano de su pueblo. A la vez los caciques lanzaban oro y esmeraldas al agua y el pueblo tocaba las flautas y pipas de barro e instrumentos de percusión.
 
Esta tradición llego a los oídos de los colonos españoles asentados en Colombia y Venezuela, que rápidamente crearon expediciones en busca de la laguna del Príncipe Dorado. Lamentablemente para ellos no tuvieron suerte, ya que la tradición de los indios de Guatavita finalizó tras su guerra con los indios Muyscas de la zona de Bogotá. Esto les hizo desconocer el paradero exacto y acabar recorriendo todo tipo de regiones inhóspitas y peligrosas, llegando hasta las Guayanas. Además la leyenda se distorsionó y cualquier paradero de riquezas se empezó a llamar El Dorado.
 
Entre las expediciones más famosas que buscaban EL Dorado están la de los banqueros alemanes de la casa Welter, que obtuvieron de Carlos V el derecho de exploración de Venezuela y el derecho a nombrar gobernadores en los territorios que descubriesen. Ambrosio Einher y Bartolomé desembarcaron en Coro, Venezuela, con 400 hombres y tras inmensas penurias y odiseas consiguieron recolectar un poco de oro y pasar a dedicarse a fundar la ciudad de Coro. Posteriormente sería Diego de Ordaz, compañero de Hernán Cortes, quien exploraría sin éxito el rió Orinoco en búsqueda de El Dorado.
  Posteriormente Jorge de Speyer recorrería las terribles Maniguas entre el Orinoco y el Amazonas sin éxito también. Finalmente Diego de Quesada, conquistador de Nueva Granada, territorio Chibcha, conseguiría en su expedición encontrar la laguna de Guatavita después de derrotar a los Muyscas. No encontró al príncipe dorado, ya que la tradición se había perdido. Pero arrebató 246.976 pesos de oro y 1815 esmeraldas de gran tamaño a los indios. De los 1300 blancos, 1500 indios y 1100 caballos que componían su expedición regresaron 64 blancos, 4 indios y 18 caballos. Convencido de que el Dorado debía ser una ciudad y no la laguna que había descubierto intento otra expedición pero murió antes de llevarla a cabo. En la búsqueda de la ciudad de oro mítica llamada “Meta”, versión del mito de El Dorado deformada, partirían varias expediciones también. Entre ellas la de Gonzalo Pizarro, que buscaría la ciudad entre las selvas del Amazonas, fracasando estrepitosamente. 
Pero sin duda la más famosa expedición fue la que encabezaron los navarros y vascos de Pedro de Usúa y Lope de Aguirre, quienes salieron de Lima en búsqueda de El Dorado un 26 de septiembre de 1516. Después de alcanzar el rió Huagalla y llegar al pueblo de Machifaro, Usúa fue asesinado a instigación de Aguirre y se nombró rey a Fernando de Guzmán, lugarteniente de Usúa. Posteriormente Aguirre asesinaría a Guzmán y se nombraría jefe de los “marañones”, como bautizó a sus compañeros. Después de esto bajaran por el rió amazonas hasta la isla Margarita, donde Aguirre y su marañones se entregaran al saqueo y el asesinato La siguiente ciudad que saquearan será Valencia del Rey en Venezuela, recién fundada en la época. Finalmente las tropas del Rey al mando de Diego García de Paredes (hijo del celebre capitán homónimo) derrotaran a Lope de Aguirre y sus renegados. Antes de ser capturado, Aguirre matará a su hija, la cual le acompañó en toda su travesía. Lope de Aguirre morirá arcabuceado por traición al rey. Entre su legado se encuentra un carta dirigida a Felipe II en la cual le recrimina su política en América y los favoritismos y corrupción que permite. La expedición pasó a llamarse para la historia “La jornada de El Dorado”, pero esta vez Aguirre buscaba un tesoro más preciado que el oro: la libertad y la independencia. Pero sus métodos de sangre y fuego acabaron por hundir su sueño.
 
Muchos fueron los que murieron buscando el oro depositado en el fondo de una laguna, pero el mito de El Dorado sigue vivo y excita la imaginación, es ya parte de América y su historia. Y seguro que muchos sueñan con encontrarlo aún hoy en día. Suerte!!

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