viernes, 26 de octubre de 2012

1 de septiembre de 1939

"Hay dos historia: la historia oficial, embustera, que se enseña 'ad usum Delphini' y la historia secreta, en la que se encuentran las verdaderas causas de los acontecimientos: una historia vergonzosa" (Honoré de Balzac) Así terminó la gran cruzada por la "libertad", la "democracia" y la "paz". Así terminó "la guerra que pondría fin a todas las guerras". Es una lástima, sin embargo, que desde 1945 sólo ha habido "democracia" como arma de agresión ideológica, "libertad" al estilo Yalta y "paz" no ha habido en ningún momento en ninguna parte. Sería preciso determinar cuales fueron realmente las causas y fuerzas que llevaron a Occidente a la encrucijada de Septiembre de 1939 y la Segunda Guerra Mundial cuyas consecuencias lo agobian desde su finalización. Quizás entendiendo mejor que pasó realmente en Septiembre de 1939 podamos comprender mucho mejor por qué el mundo actual es como es.



Tratado de Versalles

Es indudable que en la Historia del Siglo XX los acontecimientos que derivaron en el inicio de la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939, quedaran grabados como de una importancia verdaderamente trascendental. Decimos esto dado que dicha Guerra, marca la culminación de una política de explotación fallida de las Potencias Occidentales después de la Primera Guerra Mundial que terminaría con el suicidio de Europa. Los tratados de paz firmados con las Potencias Centrales en 1919/20 -particularmente el Tratado de Versalles impuesto a Alemania- prácticamente garantizaban que, tarde o temprano, esa Gran Guerra Civil europea interrumpida en el año 1918, volvería a reanudarse. Por su parte, el desenlace de la Segunda Guerra Mundial en 1945 marca el ocaso de Europa que deja de ser el "centro del mundo", al quedar invadida por dos potencias extra-europeas: la Unión Soviética asianizada tras la Revolución Bolchevique de 1917 y los Estados Unidos de Norteamérica. Esta invasión fue no solamente militar, sino también económica, ideológica y cultural.
Recordemos que los hechos que llevaron a esa conflagración en aquellos años fueron la grave disputa surgida entre Alemania y Polonia a raíz del famoso Corredor polaco y la Ciudad Libre de Danzig. En realidad, Polonia era una suerte de "invento" de los artífices del Tratado de Versailles de 1919 que re-dibujaron el mapa de Europa Occidental ignorando totalmente sus características étnicas, culturales, linguísticas e idiomáticas: el presidente Woodrow Wilson de los Estados Unidos, el premier Georges Clemenceau de Francia y el primer Ministro Lloyd George de la Gran Bretaña. Estos convenientemente "resucitaron" a Polonia como "república libre" después de más de un siglo de inexistencia política ya que Polonia había perdido su soberanía política en el 1795 al ser absorbida por Rusia, Austria y Prusia. Pero esta nueva Polonia surgida de Versalles fue creada en su mayor parte a costas de territorios quitados a Alemania ya que la función de la nueva Polonia era la de formar parte del cerco formado alrededor de la vencida Alemania.
Pues, efectivamente, el famoso "corredor" polaco, de polaco tenía muy poco. El mismo estaba formado por las muy germánicas comarcas de Posen y West-Preussen (Prusia Occidental) y la "Ciudad Libre" de Danzig había sido fundada, desarrollada y habitada por Alemania desde hacía siglos. Tan alemana era toda esta zona que a los artífices del Tratado de Versalles no les quedó otra alternativa que permitir la existencia de Prusia Oriental aunque ésta estaba físicamente aislada del resto de Alemania, pues la separaba -justamente- el famoso "corredor" polaco.

Negociaciones

En largas negociaciones llevadas a cabo por el Tercer Reich con Polonia, Alemania le había propuesto que se le permitiera construir un complejo ferrovial extraterritorial a través del Corredor y que Danzig se reincorporara al Reich. A cambio de esto, Alemania garantizaría a Polonia el uso libre y preferencial del puerto de Danzig, aceptaría las fronteras existentes y formalizaría un pacto de no-agresión por 25 años.
Polonia pareció querer aceptar estos términos en diversas oportunidades pero la presión externa, particularmente del gobierno británico la azuzaban para que no aceptase absolutamente ninguna propuesta alemana y que -todo lo contrario- tomara medidas brutales contra la población alemana bajo su control. Casi tres millones de personas. Llegóse así a la firma de un pacto de asistencia mutua militar entre Gran Bretaña y Polonia a principios de 1939 que fue rapidamente seguido por otro tratado semejante entre Francia y Polonia. El cerco alrededor de Alemania estaba tendido.
Las negociaciones germano-polacas se ven totalmente frustradas a fines de agosto de 1939 elevándose la tensión política al máximo al conocerse las nuevas matanzas de alemanes, bajo control polaco, entre la que se destaca la masacre de Bromberg verificada luego por la Cruz Roja Internacional.

El cerco a Alemania

Tendido el cerco a su alrededor, Alemania firma como medida de emergencia un pacto con la Unión Soviética (que los más altos dirigentes alemanes consideraban como provisorio), para poder así recuperar por las armas sus derechos sobre sus antiguas provincias en el este ya que Polonia instigada por Inglaterra y Francia, no se avenía a negociar pacificamente.
Así llegamos a la madrugada del primero de septiembre de 1939, cuando las Fuerzas Armadas alemanas recuperan Posen, Prusia Occidental y Danzig, continuando sus operaciones militares invadiendo Polonia y tomando su capital, Varsovia. Ante este hecho, Inglaterra envía un ultimátum a Alemania que exigía que Alemania retirara sus tropas a sus posiciones previas al primero de setiembre, cosa que era inadmisible para Alemania y que -lógicamente- no aceptó. Inglaterra arrastró a una renuente e insegura Francia para que enviara un ultimátum idéntico. Al rechazar Alemania ambos ultimátums, Inglaterra y Francia le declararon la guerra a Alemania el 3 de septiembre de 1939, en virtud de los pactos de asistencia mútua que ambos habían suscripto con Polonia. Así se empezaba una guerra -que terminaría siendo mudial- para "defender a Polonia".
Pero la pobre Polonia -que parece se había creído todo lo que les decian los ingleses- no recibió ayuda alguna de sus "aliados". Ni en forma directa: apoyo militar franco-británico en Polonia; ni indirectamente: un ataque franco-británico contra Alemania por Occidente. No. Polonia quedó total y trágicamente sola. La batalla duró apenas 16 días. Ante la inminente caída de Varsovia, su gobierno se exilió en Londres desde donde esperaba continuar la lucha con el apoyo de sus "aliados" para la final reconquista de su Patria....o por lo menos eso era lo que creían.

La verdad era otra

Polonia había sido la excusa -y víctima- para iniciar una guerra que marcaría el ocaso no sólo de Alemania sino de toda Europa. Resulta extraño comprobar como, por ejemplo, cuando la Unión Soviética -en virtud del pacto con Alemania- invadió la mitad oriental de Polonia el 17 de setiembre de 1939, ninguna de las "democracias" se dio por enterada. Como tampoco se parecen haber enterado de las invasiones de la Unión Soviética a Estonia y Letonia en junio de 1940, Lituania en agosto del mismo año y de la brava Finlandia en noviembre de 1939. Por alguna razón oculta las democracias occidentales no consideraban al régimen soviético como un peligro. A pesar de haber masacrado a decenas de millones de personas en Rusia y sus invasiones a naciones soberanas. Y cuya ideología internacionalista oficial proclamaba la intención de crear un estado mundial comunista a través de un proceso revolucionario violento.
Sí, en cambio, consideraban como un peligro mundial a la territorialmente diminuta Alemania cuyo propósito oficialmente proclamado era el de recuperar los territorios europeos que le fueron arrebatados por el inícuo Tratado de Versalles; combatir al bolchevismo; formalizar una alianza con Inglaterra; olvidar las querellas territoriales con Francia por Alsacia y Lorena y renunciar a recuperar sus colonias de ultramar que también fueron arrebatadas por el Tratado de Versalles.
Es notable también constatar que esta sangrienta guerra de seis años iniciada por Inglaterra y Francia con el fin de "liberar" Polonia, terminó en 1945 con la entrega lisa y llana a la Unión Soviética de media Alemania, Bulgaria, Hungría, Rumania, Albania, Estonia, Lituania, Letonia, Ucrania, Checoslovaquia y .....la mismísima Polonia !! Y encima, el pobre "gobierno polaco en el exilio" residente en Londres se encontró con la novedad de que al ser Polonia "liberada" por los bolcheviques en 1945, no fue SU gobierno el que se restauró en Varsovia sino que se instauraría un gobierno títere soviético que gobernaría por varias décadas más, con toda la anuencia de sus "aliados".
Pero ellos no fueron los únicos sorprendidos pues Gran Bretaña que luchó con el "reaseguro" de los Estados Unidos se encontró que su imperio mundial de casi 40 millones de kilómetros cuadrados se desplomó por la acción conjunta de la presión económica y la agresión ideológica marxista. La pérfida Albion ya había cumplido su función y debía cederle el lugar a las potencias desde las que se irradiaba el capitalismo internacional y el marxismo internacional: los Estados Unidos y la Unión Soviética.

1 comentario:

  1. Las fronteras de Europa Oriental tras el fin de la 2da guerra mundial son un fiasco. Polonia actualmente ocupa territorios que siempre fueron alemanes como Silesia, Brandeburgo Oriental, Pomerania Oriental y Prusia.
    La entrega de tierras alemanas como compensacion a la perdida de tierras de Polonia en beneficio de la URSS no tiene ninguna base en derecho internacional, con lo cual el actual estado aleman tiene elementos de ilegalidad en su formacion tras la 2da guerra mundial.

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