martes, 23 de julio de 2013

La leyenda de la hermosa muchacha

Según cuenta la leyenda había una vez una joven muy hermosa a principios del siglos XX en Londres, Inglaterra. Esta joven era una mujer impresionante, media 1.70 metro de estatura, con 62kg de peso, una larga y bella cabellera rubias como el oro y una sonrisa que hechizaba al que la veía. Tenia unos ojos azules penetrantes y profundos. Casi todos los jóvenes estaban enamorados de ella y era la mujer mas codiciada de todo Londres.


Sin embargo, un día en un baile al que fue invitada, una de las mujeres que la envidiaba no soportó ver como su antiguo novio bailó con ella varias piezas musicales y juró vengarse de esta. Esta joven era perteneciente a una familia de alta alcurnia de Londres, su padre tenia comercios muy estrechos con los Estados Unidos, especificamente en la ciudad de Nueva Orleans, de donde había contratado varios servidumbres negros de esa ciudad. Una de esa servidumbre era Marie Claire Chapman, quien era descendiente de negros africanos practicantes de vudú.


La joven Gennie que sabia de los conocimientos de Marie Claire de vudú, le pidió uno que fuera poderoso para que la belleza de Rebeca Jenninston Clark no fuera ya tan hermosa como lo habia sido.


Marie Claire entonces preparó todo un conjuro con todo lo típico del vudú y lo primero que hizo fue que le apareciera celulitis en el cuerpo de ella. Posteriormente acné o espinillas en la cara. A partir de ese momento la pobre Rebeca cayó en un estado de sufrimiento y no queria salir de su casa mas. Gennie no pudo contener su alegría al ver que esto pasaba y lo conto a una amiga en comun de ambas, esta se lo dijo a Rebeca y esta se hecho en llanto y lagrimas porque anteriormente eran muy buenas amigas.


Un día saliendo con su madre en la calle Rebeca, fue asaltada por un hombre, este al verla a su rostro se asusto tanto que por instinto propio la mató. Al poco tiempo de Gennie conocer la muerte de la que fue una vez su amiga, su cara se llenó de espinillas y todo su cuerpo se lleno de celulitis y toda la pena de Rebeca la sintió pero doblemente y vivió su vida en soledad.

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