jueves, 5 de julio de 2012

La grandeza de Babilonia..

                                            cuando actualmente se visitan sus paupérrimas ruinas compuestas de algunos montículos, parece increíble que hubiese sido la esplendorosa Reina del Oriente. Los turistas quedan decepcionados; ya que ofrece una visión lamentable comparada con las pirámides de Gizeh, la ciudadela de Petra en Jordania o con los palacios de Persia
En la llanura mesopotámica, conocida en el mundo antiguo como "El Sinar" o "el país de los dos ríos", entre los caudalosos e impredecibles ríos Hidiequel (Tigris) y Éufrates (dentro de lo que hoy son los límites de Irak), se levantaba en el llano la incomparable y monumental urbe de Babilonia. Su nombre, según las inscripciones caldeas, era Bab-ilu, que significa "Puerta de Dios"; en griego se la conocía como Bab-ilu-on o Babilonia como la llamamos hoy . Sus restos se encuentran a unos 80 Km de la actual Bagdad; en una inmensa planta que ocupa una amplia superficie triangular .
Por muchos siglos los beduinos desconocieron el lugar exacto donde se hallaban sus ruinas. Frecuentemente era confundido con el sitio de Duk-Kurigalsu, donde sobresale un empinado zigurat, que obviamente era relacionado con la bíblica "Torre de Babel". Recién para 1889, el investigador Robert Koldewey de Sociedad Oriental Alemana, excavó el lugar. Los trabajos de campo continuaron hasta 1917, sacando a la luz gran parte de los cimientos de las murallas exteriores dando una fisonomía mas o menos visible a la planta completa .
Gracias a los trabajos realizados hasta el presente(en la actualidad las excavaciones son dirigidas por la Dirección de Antigüedades Iraquí, donde se lleva a cavo tareas principalmente de restauración), en parte interrumpidos por las frecuentes guerras que se pelean en la región, sabemos según la información que nos da la arqueología cuanto de verdad y cuanto de leyenda había en los testimonios recogidos por los griegos.
Sin duda era una ciudad impresionante para las poblaciones que habitualmente se conocían en el oriente en el período dinástico antiguo y reciente (cubría una superficie de 850 hectáreas a diferencia de Ur, emplazamiento importante de solo 55 hectáreas . Las excavaciones han desenterrado dos filas de murallas: la primera o exterior de 6,5 metros de espesor, y la segunda o interior de 3,5 metros. Según Herodoto, todas los muros que circundaban el inmenso predio estaban apuntados con atalayas defensivas que protegían las veinticinco puertas de acceso . No obstante, los estudios arquitectónicos actuales muestran que en realidad constaba de siete entradas de las cuales solo cuatro han sido excavadas. Cada acceso llevaba el nombre de una divinidad, como Semiramis o Nicrotis. La de Isthar era una de las más famosas por la magnificencia de su decoración (cuya reproducción a escala se encontraba en el Museo del Estado en Berlín), siendo de cerámica vidriada en la que se representa a ciento cincuenta dragones y toros dispuestos en fila de rigurosa lateralidad .
La ciudad se levantaba a ambos lados del río Eufrates, unida con un puente para recibir a las naves mercantes que venían desde Ur, que en la antigüedad era una cuidad costera y único centro comercial terrestre y marítimo desde el océano Indico. Al estar sobre aguas, los ingenieros se las arreglaron para desviar los violentos torrentes, para que, por medio de sofisticados sistemas de canales circundaran toda la cuidad llevando el agua hasta su interior, como si fuera un castillo medieval.
Para el reinado de Nabucodonosor II, a mediados del primer milenio antes de Cristo (Imperio Neobabilonico), se amplió los sistemas de murallas defensivas hasta abarcar los barrios aledaños . Este monarca que llevó a la gran cuidad hasta la fama internacional, construyó los famosos jardines colgantes, que llegaron a ser una de las siete maravillas del mundo.   La exuberante vegetación adornaba a ambos lados la avenida procesional, siendo un verdadero "jardín de Edén" en medio de un páramo. Esta arteria principal actualmente fue despejada por los arqueólogos que termina en el templo de Marduk (Aibur Shabu "El enemigo nunca pasará"), conocida como la zona sagrada.
Durante su gobierno también se erigió una ciudadela sureña que se utilizó como palacio real. Una fortificación occidental exterior seguido de cinco patios, simbolizaba el sistema planetario conocido. El esplendor de tal construcción fue tal que el mismo rey lo llamó "La maravilla de la humanidad, el centro de la tierra, la residencia brillante, la morada de la majestad". En las inscripciones de ese período, Babilonia proclama sus tradiciones de libertad y cosmopolitismo. Según la creencia, allí fue el terrible banquete de Belsasar del que luego hablaremos (segundo al reino de Nabonido, y último de la dinastía neobabilonica), la residencia de algunos reyes de Persia y la fulminante muerte de Alejandro Magno.
El interior, estaba lleno de casas de tres o cuatro pisos con puertas de bronce y sus templos tenía imágenes de oro puro. Se dice que durante su período de esplendor, había en el interior de la ciudad 53 templos dedicados a los dioses principales; 55 capillas a Marduk; 300 capillas a deidades terrestres; 6000 a deidades celestes; 180 altares a Isthar; 180 a Nergal y Adad y 12 a diferentes dioses menores. Sumamos entonces a su fama, que fue conocida también como el principal centro religioso del mundo.            

que su lengua era la de los dioses, así cobraba un efecto tremendo el dominio de la palabra. Babilonia era el lugar propicio para gestar tradiciones parecidas a las bíblicas. Era como un "nicho" o lugar de encuentro entre pueblos, etnias y experiencias distintas ¿qué mejor lugar que este para imaginar el nacimiento de las lenguas?
A diferencia de las capitales asirias, que estaban enfrascadas en conducir las labores del imperio y llevar adelante la tarea de unificación, Babilonia era una especie de crisol donde este fenómeno cosmopolita de daba en forma natural. Reuniendo un buen número de tribus sobre todo caldeas, pero combinadas con refugiados políticos, mercaderes, artistas y exiliados procedentes de todas partes del mundo, egipcios, fenicios, árabes e iranios .
Encontramos un mito parecido al del Génesis en el siguiente ejemplo. Como toda de ciudad en Mesopotamia, estaba construida alrededor de un ziqurat o torre templo. Hoy se duda si realmente eran edificios dedicados a alguna divinidad o eran tumbas reales, lo que sí se sabe es que funcionaban como observatorios astrales . También en el sitio de Babilonia se han encontrado restos de una de estas torres que las inscripciones han llamado Etemenenanki (caldeo "Casa del fundamento del cielo y la tierra) .
Las tablillas desenterradas por la expedición alemana traducen la escritura que hemos reproducido en parte:
"Elevé la cúspide de Etemenenanki de la torre escalera de modo que su cúspide rivalice con los cielos(fragmento incompleto) su cima llegará a los cielos"
"La construcción (fragmento incompleto) ofendió a los dioses. En una noche derribaron lo que se había construido, los esparcieron e hicieron extraña su habla, impidieron su progreso"
Las similitudes con el relato bíblico son asombrosas. Esto confirma que la saga etiológica del Génesis era una idea que estaba en boga por todo el mundo antiguo acerca del origen y fundación de Babilonia.

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