miércoles, 2 de enero de 2013

El testamento de la reina Isabel la Católica

 

Ese mismo día 26, el rey Fernando el Católico dictó una carta dando cuenta de la muerte de la reina, su esposa, a las ciudades y órganos de poder de su reino.
La reina Isabel la Católica  Isabel I de Castilla....Testamento............
"Hoy, día de la fecha de ésta, ha placido a Nuestro Señor llevar para sí a la serenísima reina doña Isabel, mi muy cara y muy amada mujer. Y aunque su muerte es, para mí, el mayor trabajo que en esta vida me pudiera venir, y por una parte el dolor de ella y por lo que en perderla perdí yo y perdieron todos estos reinos me atraviesa las entrañas, pero por otra, viendo que ella murió tan sana y tan católicamente como vivió, de que es de esperar que nuestro Señor la tiene en su gloria, que para ella es mejor y más perpetuo reino que los que acá tenía, pues que a Nuestro Señor así le plugo, es razón de conformarnos con su voluntad e darle gracias por todo lo que hace.

Y porque la dicha serenísima reina, que santa gloria haya, en su Testamento dejó ordenado que yo tuviese la administración y gobierno de estos reinos y señoríos de Castilla y de León y de Granada por la serenísima reina doña Juana, nuestra muy cara y muy amada hija, lo cual es conforme con lo que los procuradores de Cortes de estos reinos le suplicaron en las Cortes que se comenzaron en la ciudad de Toledo en el año de quinientos y dos y se continuaron y acabaron en la villa de Madrid y Alcalá de Henares en el año de quinientos y tres, por ende yo os encargo y mando que luego que ésta viereis, después de hechas por su alma las exequias que sois obligados, alcéis y hagáis alzar pendones en esa dicha villa por la dicha serenísima reina doña Juana, nuestra hija, como reina y señora de estos dichos reinos.

Y para lo que toca al despacho de los negocios de esa y las otras cosas que son a vuestro cargo, yo os envío, con la presente, poder para ello. Y tened mucho cuidado, como siempre lo habéis tenido, de la buena administración de la justicia de esa y las otras cosas que son a vuestro cargo.

Y porque la dicha serenísima reina, que santa gloria haya, mandó por su Testamento que no se trajese por ella sarga, no la toméis ni traigáis ni consintáis que se traiga. Y hacedlo así pregonar porque venga a noticia de todos"

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