....donde se funde la historia con la leyenda..Los niños de hoy pueden leer gracias a un reducido número de personas que a lo largo del tiempo.. sencillamente y nunca tan bien dicho.. hicieron historia..
miércoles, 8 de mayo de 2013
Sumerios
La palabra mesopotamia proviene del griego y significa “entre ríos”, aludiendo a su ubicación geográfica entre los ríos Eufrates y Tigres, que nacen en las montañas de lo que en la actualidad es Turquía y desembocan en el golfo Pérsico. Los dos ríos corren paralelos, y crecen regularmente cada primavera, pero su crecida no dura tanto como la del Nilo, en Egipto. El territorio mesopotámico es actualmente ocupado por la República de Iraq.
En un clima cálido y seco, bañada por dos ríos impredecibles en sus crecidas, creció esta civilización, que no contando con fronteras naturales permitió que las poblaciones de distinto origen étnico, se incorporaran o emigraran en forma continua, reconociéndose tres zonas:
La alta Mesopotamia, ubicada al norte, a ambas márgenes del curso superior del Tigres, conocida antiguamente como Asiria.
La baja Mesopotamia, situada en la desembocadura de los ríos, que conforman un delta, constituyendo una zona pantanosa que se conoció con el nombre de Súmer
La Mesopotamia media, era una planicie fértil, denominada Akkad o Babilonia.
En este informe nos referiremos a las dos últimas zonas.
La constante incorporación de pueblos diferentes, dio lugar a culturas simbióticas aunque muchas veces los encuentros originaron enfrentamientos violentos.
La organización política fue en forma de ciudades-estados en un principio, para luego centralizar el poder y unificar el territorio, originándose el Primer Reino Babilónico.
Las primeras ciudades-estados, establecidas cerca de algún curso de agua y fuertemente amuralladas, fueron fundadas por los sumerios, alrededor del año 3000 a. C, como entidades independientes en sus aspectos político, económico y religioso.
Los sumerios, provenían probablemente de las colinas de Asia central e ingresaron a la Mesopotamia a través del Golfo Pérsico, llamando Súmer al territorio por ellos ocupado (Baja Mesopotamia).
La vida cultural giraba en torno al Templo, denominados ziggurat (montaña sagrada) construidos en forma de pirámide escalonada, lugar donde moraba el dios principal de la ciudad, que era el patrón de una actividad determinada. Por eso todas las tareas se hacían en su nombre. Pero, además en el Templo se realizaban actividades pedagógicas, como enseñar a leer y escribir o sociales, como la ayuda a los necesitados. También servía como almacén de granos y en lo judicial, se tomaban los juramentos correspondientes a los procesos. Los templos eran dueños de tierras que los campesinos trabajaban.
Cerca de los ziggurat estaba el Palacio, donde residía el gobernante, al principio, un rey-sacerdote elegido por el pueblo, que luego, al convertirse el cargo en hereditario, recibió el título de Ensi, siendo considerado representante del dios de la ciudad, lo que le confería inmensos poderes. Ejercía funciones militares, como la defensa de la ciudad, y religiosas, organizando el culto. Era quien otorgaba trabajo y distribuía las tierras, que estaban ubicadas fuera de la ciudad amurallada, en una sociedad jerarquizada. El Ensi se transformó en Iugal cuando por razones de dominio de una ciudad sobre otra, extendieron sus territorios y el rey-sacerdote debió asumir funciones militares.
Los dueños de las tierras eran el Templo, el Palacio y algunos particulares, que se habían convertido en terratenientes y controlaban el comercio fluvial y de caravanas. Todos ellos residían en la ciudad, al igual que los sacerdotes y la burocracia real, que vivían merced a los excedentes de la producción agrícola. También en la ciudad vivían los artesanos.
Los campesinos residían en los campos, fuera de la ciudad, dedicándose a la actividad principal, que era la agricultura. Sus cultivos principales eran el trigo, la cebada, el sésamo y los dátiles. Aprendieron a controlar los desbordes del río Eufrates, desecando la ciénaga que se formaba tras las inundaciones e irrigaron los desiertos, creando verdaderas técnicas de riego.
También se dedicaban a la cría de ganado caprino, ovino, porcino y en menor medida, al vacuno, utilizando al asno como medio de carga.
Practicaron el comercio, importando maderas, metales, y piedras preciosas. La exportación hacia Egipto, el valle del río Indo y el oeste de Asia, comprendía lana, objetos de bronce, dátiles y granos.
Las principales ciudades súmeras eran Eridu, Lagash, Nippur, Kish y Ur, que al enfrentarse entre sí, se debilitaron, permitiendo su dominación por un pueblo de origen semita y nómade, los acadios, originarios de la península arábiga.
Los acadios, que hablaban una lengua semejante al hebreo y al árabe, con gran poderío militar, ocuparon el centro de la Mesopotamia, para dominar a los súmeros, en el año 2350 a. C. liderados por Sargón.
La invasión acadia, produjo una asimilación cultural de ambos pueblos ya que los conquistadores adoptaron la religión de los súmeros y muchas de sus costumbres, pero difundieron su propia lengua y en lo comercial, introdujeron piezas de metal como medio de pago. Establecieron la capital en Kish, y tras conquistar las ciudades súmeras, se expandieron trasponiendo el Éufrates, conquistando Elam, al este, Assur al norte, y por el oeste llegaron hasta las costas mediterráneas.
Las ciudades súmeras si bien conservaron la posibilidad de autogobernarse, estaban subordinadas al rey acadio, lo que les restaba autonomía. Sin embargo, aprovechando los ataques de los guti, un pueblo montañés, las ciudades súmeras lograron rebelarse y obtener su independencia, aunque no pudo impedirse que algunas ciudades ejercieran supremacía sobre las demás, y desembocaran en problemas internos que permitió en el año 1900 a. C. el dominio de los amorreos.
Los amorreos eran un pueblo de origen semita, originarios de Siria, que paulatinamente fueron conquistando la Mesopotamia, controlando el poder a través de sus reyes, estableciendo la capital en Babilonia, ciudad a orillas del Éufrates. Uno de ellos, Hammurabi, que ejerció el poder entre 1792 a. c y 1750 a .C., produjo la unificación del territorio, fundando el Primer Reino Babilónico, reconociéndose al rey como Dios.
Este rey divinizado, dotado de inmenso poder, gobernaba desde el palacio, todo el reino, a quienes les impuso el Dios principal Marduk, la lengua acadia y un sistema legal único. Todos los funcionarios de las distintas ciudades eran designados y controlados por el rey.
Sin embargo, con la muerte de Hammurabi el reino babilónico se debilitó, permitiendo la invasión de indoeuropeos y hacia el año 1600 a. C., fue destruido por los hititas, que se radicaron en la meseta de Anatolia (actual Turquía), construyendo un imperio.
Esta invasión permitió que otros pueblos del mismo origen invadieran la Mesopotamia. En la zona norte, los hurritas fundaron el reino de Mittani, y Babilonia fue dominada por los cassitas, procedentes de las tierras altas de Elam, al noroeste de Babilonia, utilizando tal vez por primera vez el caballo en los campos de batalla. Su poder duró 500 años.
Estas primeras oleadas invasoras, siguieron repitiéndose por parte de otros pueblos que desplazaron a los primeros hacia el año 1200 a. C. Se trataba de otros indoeuropeos, conocidos como “pueblos del mar”.
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